A veces me siento estúpido viviendo en este país. El debate de esta noche en un programa de televisión se centra en los pitidos al himno de España por parte de los aficionados del Barça y Athletic.
Y le seguimos dando bola a estas tonterías, en los medios de comunicación lo tratan como si estuviéramos viviendo un golpe de Estado. Todo tipo de conspiraciones, búsqueda de responsables, exigimos dimisiones...
Maldito el día en que se inventaron las fronteras. Y de verdad os digo que a mí me parecen uno de los peores inventos de la historia de la humanidad. Líneas imaginarias por culpa de las cuales se llegó a matar a miles de millones de personas, y siguen matándose.
Me cuesta creer que el ser humano sea tan hipócrita de odiarse entre sí por haber nacido 20 kilómetros más al norte. Y encima nos creemos con el derecho de pintar trozos de tela y cantar canciones, e intentar que a todos los que vivimos en esta porción de tierra se nos pongan los pelos de punta cuando las coreamos.
Así que, buscando un país que me hiciera ponerme los pelos de punta, creo que encontré el idóneo: Zambia. Pues sí amigos, yo me siento zambeño. El 86% de la población vive por debajo del umbral de pobreza, un 15% de la población tiene Sida, la esperanza de vida es de 38 años y el promedio de hijos por mujer es de 5,31. Y aunque, a pesar de no tener salida al mar, lo cual para mí es un handicap muy grande, cuenta con las famosas cataratas Victoria, una joya de la naturaleza.
Seguro que la mayor preocupación de los zambeños no es más cantar una estúpida canción que tener algo con lo que alimentarse.
Un abrazo a todos y mis disculpas a los nacionalistas que estén pensando en mi deportación (que sea pronto por Dios).
2 comentarios:
¡Cómo madura mi niño!...diría Mª Amor y todos los que te queremos
Pues sí que lo digo.
Un besote, Migue.
Mamá
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